viernes, 26 de junio de 2009



¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?
Germán Pérez González.



Lamentablemente, se sabe que los recursos de evaluación de los que disponemos los profesores son en su mayoría limitados. La evaluación es usualmente entendida como una manera de calificar, de poner notas para aprobar o desaprobar a los estudiantes. De esta manera se descuida el sentido más importante de la evaluación, su rol como una forma eficaz de retroalimentar tanto al profesor como a los alumnos sobre la manera en que las metas educativas están siendo alcanzadas.

La medición del aprendizaje es compleja y relativa, entre otras razones, porque el aprendizaje no tiene nunca un valor cero (por poco que se sepa, algo se sabe), el cual representa el punto de partida para cualquier medición. Además, es difícil tener un patrón válido de comparación. Con frecuencia se usa como patrón el número de preguntas de las pruebas y, con base en él, se efectúa la medición. Por ejemplo, se obtuvieron 20 respuestas correctas de un total de 25 preguntas.

Valorar el aprendizaje de un alumno a través de un examen tradicional, es un método de evaluación muy imperfecto y que, a la luz de los conocimientos que la Investigación cualitativa nos ha brindado en los últimos tiempos, es evidente la necesidad de un cambio respecto a esta práctica didáctica.

Medir el aprendizaje con base a unas simples preguntas no es lo correcto, la medición del Aprendizaje implica el control y la valoración de los conocimientos, habilidades y hábitos, así como de los modos de actuación que los estudiantes van adquiriendo a través del proceso educativo, de acuerdo con los objetivos propuestos de cada asignatura, en particular y del plan de estudio en general, que posibilita su propia dirección.

Así mismo; Xavier Vargas presenta que no se puede responder la pregunta con argumentos escuetos, “sabemos que al aprender, el ser humano se transforma, si no ocurriera así, la evolución y la civilización no se explicarían” (Vargas, 2005); entonces “¿Por qué cuando se habla de aprendizaje el énfasis educativo esta puesto en los contenidos y en el proceso de enseñanza aprendizaje y no en la identidad personal y el proceso de transformación del sujeto?” (Vargas, 2005). En él aprendizaje, además de los contenidos y el proceso de enseñanza, están implicado un sinfín de factores internos y externos de los estudiantes, del contexto en sí, que de una u otra manera son regulados por los propios intereses del estudiante. Va más allá de una simple observación , se requiere de una indagación profunda que permita determinar cómo aprende, por que aprende unas cosas y otras no.

En este sentido, el aprendizaje depende del grado en que el estudiante pueda relacionar unos conocimientos con otros y de las estrategias de organización de los conocimientos. El aprendizaje es una tarea reflexiva, no solo repetitiva, por lo que es necesario buscar respuestas propias en vez de recibir los conocimientos elaborados desde fuera. El conocimiento es la respuesta a una pregunta previamente formulada por el aprendiz y requiere de la contrastación de lo aprendido en un contexto cooperativo, que permita la visualización del conflicto y su solución con los instrumentos conceptuales (modelos, teorías, etc.).

De la misma manera “La evaluación debe estar vinculada a un contexto determinado o a una situación concreta como una evaluación integrada al proceso de enseñanza aprendizaje. Con un énfasis en los desempeños, criterios de ejecución y que basa sus resultados en juicios de valor” (Gonczi, 2002).

Para finalizar, después de haber leído el texto de Xavier Vargas, opino que los aprendizajes verdaderamente educativos no se pueden medir; sólo aquéllos de escaso valor. De donde resulta risible, no científica y desproporcionada la obsesión por medir y calificar que se da en la escuela. Además, los procesos de medición y de calificación alteran el valor educativo que pudiera tener la actividad escolar. La evaluación (que no es calificación) es otra cosa y se rige por otros principios, procedimientos, métodos, técnicas, estrategias y normas. Con la nueva visión de la educación, el compromiso profesional del docente no reside en, ni se relaciona con, la selección y clasificación del alumnado, sino con su educación.

Referencia:
Vargas, Beal Xavier. (2005). El aprendizaje y el desarrollo de las competencias,
Gonczi, A. citado en El aprendizaje y el desarrollo de las competencias, Xavier Vargas Beal ,23 Mayo 2005

1 comentario:

  1. Maestro… ¿cuánto tiempo tendrá que transcurrir para que nos movamos de una cultura de la evaluación como medición? En verdad no tengo respuesta, un cambio de paradigma exige que lo que estamos utilizando para evaluar entre en crisis y nos preguntemos por qué ya no funciona, cuando esto sucede, es cuando empezamos a buscar y somos capaces de movernos hacia nuevas formas de trabajo. ¿Ya estará en crisis este modelo de evaluación para medir que en otro tiempo fue lo que se necesitó? Se supone que sí, a nivel de las teorías pedagógicas hay mucha discusión, se ha generado mucha información al respecto, pero ¿y en el nivel de las prácticas?, yo todavía veo a mis hijos evaluados con exámenes que miden su capacidad de retener información, no su capacidad de reflexión.
    Comparto con usted que el aprendizaje, esta experiencia personal no se puede medir, no se puede pesar, no se puede volver objetiva, ¿entonces como habría que pensar-hacer la evaluación? Creo que todavía hay mucho que seguir reflexionando y sobre todo, ser creativos para llevar estas discusiones al mundo de los profesores, quienes son los que viven en estas exigencias de la práctica docente, ahí esta el verdadero reto de una reforma educativa ¿no cree usted?
    Nota: Cuando hice esta actividad de comentar los blogs, no vi este escrito, luego me ocupé en otras tareas. Espero disculpe esta falta mía. Hasta luego.

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